Capítulos más allá de la novela.
Alex invitado a una asociación antifa
por su experiencia en el colectivo tch!
Me ha llamado Alex; la niña bien, resabida, la poeta insoportable-madre-a-tiempo-completo, la pareja resentida, seguimos sin noticias de Óscar, lo de siempre, PERO, tiene algo que contarme. Es una tontería, explica, aunque lo he disfrutado como un niño.
Al parecer le invitaron de una asociación antifascista, para que diese su parecer, consejo, sugerencia... dado su pasado en el colectivo (nos recuerda alguien!). Y lo dio. Mucho. Casi se llega a las manos. Las acciones de la asociación eran pintadas con lemas despectivos: “Nazi muérete”, intimidatorios: “Matamos Fascistas” y marcando territorio: “En [nombre del barrio] comemos nazis”.
La invitación se produjo para que Alejandro aconsejase en cómo difundir esos mensajes, según su experiencia; pegadas de carteles, comunicación por redes, web, alguna idea imaginativa, un acto, una manifestación, botellón…), pero Alex, y esto lo contaba con orgullo rejuvenecido, más que del cómo, habló del qué. Sugirió cambiar la línea:«Creo poder afirmar, que el interés general y fin último, es que haya menos fascistas. Este sería el objetivo real de una asociación antifascista.
Por un lado, esta disminución de fascistas, si no se produce por muerte espontánea, desde luego nunca se producirá por asesinato, moral aparte. Matar multiplica lo matado. No digo que sea vuestra intención, solo es una reflexión a raíz de vuestros mensajes. Por otro lado, la intimidación tampoco los hace desaparecer, si es que ésta fuese efectiva y esto habría que verlo, solo los desplazaría… Así pues, esta estrategia de mensajes que estáis llevando no me convence.Mucho más interesante y factible sería tratar que un nazi deje de serlo».
Propuso cambiar la línea a:
“Nazi reconsidera tus ideas”. “Fascista, practica tu empatía”. “No odies sin antes haber escuchado”.
Me pareció de un encanto... Alex, eres brillante. La discusión consiguiente, el debate, la defensa de ideas, las rencillas, personalidades, cervezas, empujones, calma, votaciones, fueron para vivirlas. Noche intensa, agotadora. Al día siguiente se levantó a las 12:00, privilegio de los autónomos.
Por cierto. Lo logró. La asociación cambió sus pintadas.