Cito: «¿Hay algo más personal que tus gustos musicales? Esas canciones que te llegan al alma o te ponen a cien, que alcanzan el centro geométrico de tu emoción y alteran sin intermediarios tu estado de ánimo, ¿no son el producto más destilado de tu elección consciente? Bien, pues, en una palabra, no. Los psicólogos experimentales de Cambridge han demostrado que los gustos musicales de la gente son harto predecibles. Basta conocer el estilo de pensamiento de una persona —si tiende a empatizar o a sistematizar— para adivinar qué música le gusta (…)»
. http://elpais.com/elpais/2015/07/24/ciencia/1437765690_381696.html
Es un planteamiento interesantísimo que tienta ser creído, al menos a mí, y me tienta entusiásticamente. Que según tu forma de pensar pueda conocerse tu gusto musical y viceversa, es realmente atractivo… Pero después de mirarme un rato dentro, me resulta difícil. No lo creo, vamos.
Empezando por el principio, a la pregunta con que empieza el artículo: ¿hay algo más personal que tus gustos musicales? La respuesta es sí: mi forma de pensar. Quiero decir, el maravilloso artículo es un poco trampa, porque lo de “basta conocer el estilo de pensamiento…” es, tan personal, como los gustos.
Dicho esto, siento, creo, entiendo, pienso, que nos gusta cualquier cosa (en este caso la música), por causas tan diferentes, que se dará habitualmente el caso de que un religioso conservador pederasta y aburrido coincida plenamente en gustos musicales, con el director de Con faldas y a lo loco ;- ).