capítulo 01 | 02 | capítulo 03
¿Gusta más todo aquello que aparece en las guías nutricionales como alimento-prohibido? No me respondas aún, vamos a hacer una cosa, Manu, imagina por un momento que no existe la comida insalubre, que no hay procesos alimenticios cancerígenos, imagina que aquel alimento que dispara la tensión o fomenta el colesterol abandona su perjuicio; imagina unos deliciosos científicos tecnobiológicos y embatados que logran el avance épico, sabroso, excelso, gracias al cual todo alimento conocido es obstinada, decidida y definitivamente sano por igual. Sin distinción. No hay comida mejor ni peor para la salud.
Qué mundo sería, ¿eh Manu?, poner fin a la mala conciencia cuando nos entra un arrebato y poder echarnos a la boca lo que se nos antoje mientras observamos el fastuoso enriquecimiento de la multinacional que tiene a sueldo estos científicos —una industria químico-farmacéutica sin duda—, que se investirá como estrella absoluta del parqué durante horas, días, semanas, gracias al milagro de haber creado un pastillote que se toma uno y listo, deja de haber alimentos insanos para ella o él, para el niño o la niña, finito, ¡ya ni siquiera se engorda! Es la pastilla que iguala y democratiza las bondades alimenticias; el gran invento bulímico que pone la coliflor a la par de la panceta e instaura la moda de hincharse a comer porque comer mucho o poco o muchísimo no marca la diferencia, Manu, no se engorda ni se atormenta el cuerpo con lo que se ingiere ¿no es maravilloso Manu?, dime si no es maravilloso.
Alex viste camisa de vestir negra sobre una camiseta de tirantes gris, como su pantalón, calcetines amarillos y zapatillas también negras con suela de goma blanca, en las que lleva escritas frases con indeleble, práctica que mantiene desde su adolescencia; a veces se anuda una corbata fina, dejándola holgada.
¿Cómo dices? Sí, claro, salvo para los que se mueren de hambre, para ellos qué más da y qué más le dan ellos a la multinacional farmacéutica; sigamos imaginando, Manu, te acabas de tomar la pastilla ahora mismo. Aquí. Ipso facto. ¿Qué degustarías? ¿Frito, quemado, salado y picante? ¿Dulces, dulces y más dulces mantequillosos y azucarados? No me digas macarrones con tomate, Manu, que te conozco, no me puedes responder macarrones con tomate recién inventada la pastilla que desbancará en ventas al Viagra ―porque en el fondo gusta más comer que follar, Manu, ¿lo sabías?― ¿de verdad que comerías macarrones con tomate?, xD, qué triste eres, qué cansino, qué poca cosa. Así tienes esa cara de infeliz, teníais que verle. Debería transformar este podcast en un canal de video para que pudieseis verle. Jaja, dice que sería penoso verme engullir a todas horas grasa pringosa, que esa comida seguiría manchando y brillando como el pelo sucio y olería a cocinilla de antro.
Si fueses sincero contigo mismo admitirías que te gusta lo insano. Lo frito más que lo asado. Mejor lo rebozado, crujiente y si es posible, apancetado. Amigos, no os lo vais a creer, pero dice que se queden con su invento. Que la farmacéutica se queden con su pastilla (ñaca) ―Manu ya ha sacado sus mandíbulas―, que se queden con sus beneficios y con sus efectos secundarios (ñaca, ñaca); seguiría siendo comida insostenible y fomentaría el consumismo; que si esto no fuese solo una utópica fake new sino una realidad que se estuviese desarrollando, traería consecuencias porque los grandes conspiranoicos multinacionales lo utilizarían para modificar químicamente a la humanidad en su labor actual y sostenida de condicionamiento. ¿En qué querrían condicionarnos? Manu, se te va la pinza.
Qué queréis que os diga; el triste de Manu tenía parte de razón hasta que le salió su vena conspiranoica ―Manu, relájate―, qué seriecito se pone siempre; mañana volvemos con más y comentamos lo de ayer de Puerta de Alcalá, sí; al parecer hay sorpresas, aparte de la identidad del cadáver hay algo relacionado con la corbata que podría incumbir a este podcast; os dejamos, Manu en el control moral y vidente de la humanidad y Alex, un servidor, dando la voz. Besos multicolor.
El hecho ha trascendido de la sección de sucesos a la curiosidad popular por la parafernalia macabra y la imagen del cadáver cubierto de pasta rosa en lugar tan señalado.
Veinticuatro horas después de la aparición del cuerpo, Puerta de Alcalá sigue acordonada por una policía que se empecina en no dar detalles, lo que excita aún más la curiosidad de los medios y acelera el reenvío de fotos y vídeos que los ciudadanos han ido colgando, gracias a los cuales quien más quien menos puede seguir la secuencia completa de unos acontecimientos que empezaban en el día de ayer a mediodía, 15.20 exactamente, cuando un señor ataviado con mono de organizar eventos y a la vista de quien quisiese verlo —gorra, gafas de sol, estatura baja y corpulenta, en torno a la cincuentena—, sacaba de una furgoneta rotulada con “6 minutos” el cañón que a la postre lanzaría la pasta rosa y con una transpaleta elevadora colocaba debajo del arco central la caja que ya contenía el cadáver. Seis horas después y a la par que se activaba el cañón, las paredes de la caja caían por sí solas y mostraban el cadáver de cien kilos, desnudo y encorbatado, de quien aún no se ha confirmado identidad, pero que la rumorología y el parecido parecen afirmar con cierta seguridad que se trata de E. M. L., el responsable medioambiental de una conocida multinacional con sede en la Comunidad de Madrid, desaparecido desde el miércoles.
En estos vídeos parece distinguirse un texto cosido en el forro de la corbata, del que no se ha filtrado su contenido a estas horas.
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