07 A | volver
me refiero a esa falta de necesidad de cazar y despellejar y curtir las pieles para poder comer y abrigarse, la falta de buscar y proteger cuevas o construir el hogar. Con este ocio, que puede ser psicológicamente terrible, lleno de penurias, el ego se expande y desea —el deseo— porque su vida no depende, como ha dependido siempre —en tiempos geológicos—, de si logra cazar, de si hará frio, de si será atacado por una fiera salvaje u otro humano.
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