capítulo 07 | 08 | capítulo 09
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No me mires así, Manu, podemos permitirnos ciertas licencias; comprendo y comparto tus reparos, también me repugna la exageración y la falsedad, pero no se logra llamar la atención con argumentos; las cosas como son. Ahora que la mayoría de los medios de comunicación “serios” han sido comprados por multinacionales, la gente se informa a través de mensajes reenviados por las redes sociales multinacionales y para entrar en ese circuito tienes que ser impactante. Los fakes son rápidos y contundentes, y tenemos prisa Manu, no quiero ir creando la casita desde los cimientos, quiero un impuesto por hijo, ya. Sí, Manu, puede que acabemos todos locos entre los fakes de unos y los de otros, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. Y no, Manu, no pasa nada por decir todo esto en abierto, tampoco nos escuchan tantos y de todas formas cualquier cosa se olvida de un día para otro, a ver si te enter/ ay, me he vuelto a morder, me quita la vida morderme tanto la punta de la lengua, ¿pero qué me pasa? Es como si fuese un elemento desacompasado de mi cuerpo, como si fuese prestada, una maldita lengua prestada, joder.
Oye, se me ocurre que podríamos acompañar las fake con recomendaciones audiovisuales, simpáticos vídeos que banalicen la paternidad, que ensalcen la aventura en solitario o la vida sin ataduras; podemos intentar meternos a jugar al gran juego, ¿qué opinas? ¿qué opináis?
Alex permanece delante de un café desde hace cuarenta minutos.
Llegó a media tarde. Después del podcast. Después de su siesta. Mira por el gran ventanal desde hace cuarenta minutos. Por fin se levanta. Paga. Sale a la calle. Sigilo, capucha puesta, él, que nunca lleva capucha. Sigue a dos personas. Son Laura, su ex, y Carlota, su hija. Se para. Tiene dudas. ¿Qué hace? ¿Qué estoy haciendo? Pero sigue. Las sigue. Una calle a la derecha, dos a la izquierda. Entran en un supermercado. Él también entra. Elige pasillos paralelos tratando de escuchar, pero es inútil. Decide arriesgar. Se coloca detrás de ellas. No le ven o no le reconocen. Escucha su conversación distendida. ¿Falta esto, falta aquello? Me apetecen pepinillos. Cógelos. ¿Qué comemos hoy? Él mete productos en su cesta, pocos, más por aparentar que por necesidad. De repente, premio. Hablan de él. Carlota dice, ¿no ves a papá más raro de lo normal? Laura contesta No, contesta que siempre es raro, que siempre ha sido obsesivo. Carlota dice No quiero verle tanto. Laura cree que sí, que debe verle. Es tu padre al fin y al cabo. Vaya mierda. Alex se queda en la sección de comida para gatos, perros, periquitos, hámsters y mascotas. Ellas avanzan. Él no. Está mirando una caja de semillas como si quisiese descubrir algo en ella o más allá de ella.
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