– Capítulo 3 (bv) / 21 –
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Sí, ya sé, hubo otro capítulo tres, pero quedó enigmático en demasía —por no decir soso, frívolo— y a ti, lector, quiero serte claro. Volvamos a aquella pregunta, reescribamos el capítulo 3:
¿Quién soy yo?
La respuesta no la tengo, es cierto, así que estoy cerca de desperdiciar otro capítulo 3, pero en fin, hagamos algo, intentémoslo por otro ángulo, moldeemos la pregunta:
¿Quién soy frente al cuadro?
Mi respuesta:
Diría que soy el personaje con el que juego delante de esta consola (que es el cuadro del Bosco). Un juego sin final que me cambia en función de la imaginería que (me) genera.
El cuadro es un medio. Cuando estoy delante de él y luego, cuando lo recuerdo, juega mi imaginación, se pone a morder orejas de caucho.
Frente al cuadro estoy dentro del cuadro.
Dentro del jardín cambio y muto en ese imaginar. Soy personaje y parte y vuelo sobre peces, me baño en lo desconocido, creo imposibles y creo en improbables.
(ay, si me viese el Boris Vian (bv) de Vercoquin y el plancton repitiendo capítulos).