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serie triángulo / perodia_06
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serie triángulo / perodia_06
Soy Eustaquio.
Vuestro querido intérprete de la imagen, enfrascado en esta serie fotográfica en la que me ha costado descifrar la mirada de los fotógrafos, sí, hablo en plural, porque esta serie la firman dos. ¿Tendrá esto algo que ver con la dificultad interpretativa?
En cualquier caso, he observado, indagado, cavado y cavado hasta destripar la intención primera de esta serie de fotografías, la que los fotógrafos querían transmitir, con la que querían concienciar y la que les define como personas; personas risueñas, personas que se ríen en las esquinas, personas que enredan y disfrutan con ello. Sí, quedan ese tipo de personas.
Vamos por partes.
Foto máxima, mi preferida. Foto de impacto.
caímos ya con la primera foto pero en esta, la trampa se muestra en todo su grotesco esplendor: el bigote hitleriano de la enorme payasa nos impide ver.
Nos impide ver la piedra en la acera, el acabado de las fachadas.
Me ha costado tres vueltas a la serie descubrir la trampa, pero no me quiero adelantar, vamos por partes y vamos en orden.
Esta foto nos golpea como una gigantesca bofetada de la payasa hitleriana. ¿Qué quiere este paisaje? ¿Qué hace aquí? ¡Cuánto les gustaría a los fotógrafos ver la cara que hemos puesto al encontrarnos esta foto!
Estamos perdidos… ¿qué son esos agujeros? ¿Qué hacen aquí unas madrigueras de conejos?
Os adelanto que estas madrigueras son la clave, son la puerta abierta:
en movimiento que gira y gira y marea, contrapone, explota,
mientras
nos predispone para ese estado de ánimo que debe permitirnos comprender, interpretar, salir del entrampado en el que estamos metidos hasta el cuezo.
Los fotógrafos juegan con el espectador, les gusta jugar, quieren que el espectador juegue. Y en ese juego debemos descubrir la trampa, empezar a sentir el sentido de la serie:
que obviemos el mural y veamos la pared, el edificio,
la realidad, nos dicen, no es lo que vemos,
no es lo primero que vemos;
los fotógrafos quieren que el espectador huya de la falsa realidad, y lo hacen, precisamente, mostrándonos realidades falsas.
La realidad es el campo, es el árbol, el edificio, la pared, la economía, la sociedad, el presente en el que se tomó la instantánea,
la falsedad está en ver lo que llama la atención. No la realidad, la llamativa falsedad.
son la metáfora que nos conecta con esa realidad, oscura, profunda, al otro lado.
ninguna pintura, dejad de mirarlas, volved a la primera foto y recorred la serie olvidando cualquier grafiti o mural; así empezaréis a mirar como ellos, empezaréis a ver lo que hay detrás de la primera intención.
El triángulo mural - espectador - campo es un triángulo perverso
porque deja en el vértice al espectador,
con un ojo en cada lado, incómoda posición.
se ríen del espectador con esta imagen que aúna mural y conejera.
Pero yo, Eustaquio, he borrado el trampantojo. He entrado como un conejo por el agujero y he comprendido.
El tiovivo para justo a tiempo y en el mismo lugar en el que empezó;
el triángulo retorna a su vértice superior
ya sabemos que no es el cuchillo, sino la pared desconchada,
no es el himatión de la escultura ni sus pliegues, sino la pena de su mirada.
salimos de la trampa,
proyecto fotográfico-textual: Perodia | ¿Qué es Perodia?
fotografía: Jesus Lillo & Fran Arribas /
texto: benjamín Escalonilla / música: Bryan Sutton