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sin serie / perodia_09
Sin título
El círculo,
la anáfora de esta serie, la tercera que interpreto del fotógrafo Javier García Bargueño.
A través de la presencia constante de la circularidad, que el tiempo convierte en espiralidad, el fotógrafo nos cuenta, la incapacidad de búsqueda, la imposibilidad de seguir avanzando.
Muestra que el final termina en el inicio.
Con esta serie el fotógrafo expresa un sincero nihilismo circular.
El círculo, esa figura geométrica que nos habla de frustración existencial, guía cada una de estas fotos sin saber hacia dónde se dirige, en un viaje frustrado desde la primera foto.
Vemos en la rueda,
en la botijez, en el adorno central del viejo sofá, también en la máscara de lucha libre mejicana que forman las sillas (máscara es cabeza es círculo), la frustración de:
- haber mirado detrás del telón y ver que los actores de (la) comedia, en realidad lloran antes de actuar;
- de haber leído la última página del libro y comprender que es idéntica a la primera.
El fotógrafo fotografía esta comedia en que vivimos sin dejar por un momento de simbolizar su pensamiento con el círculo:
nuestra vida como un perro que persigue su cola.
Me sumerjo en la serie como en un lago calmo que hace espejo
y me veo desasido y enroscado en ese no saber a dónde ir, encontrando el principio al final del camino;
allí me ha llevado esta serie,
a
la ausencia de meta
y de olor.
La ausencia de.
Y esto me ha hecho reflexionar. En todos estos parodias, nueve ya, qué ironía, no soy yo quien interpreta las series fotográficas, sino ellas las que me interpretan a mí;
como si me destripasen.
Desentrañando la intención oculta y las pretensiones de los fotógrafos, en realidad, pobre de mí, lo que he estado haciendo es desnudarme frente a un espejo que me mostraba tal y como soy.
Es posible que algunos solo vean la silueta y no descubran mis rasgos, mis miserias y opiniones, mis temores, quién soy, pero otros.
Siento la rabia y el pudor de quien se encuentra desnudo; como en esos sueños,
¿no habéis soñado nunca encontraros en medio de una calle o de un cuarto sin ropa?
Me siento así.
¿Por qué cualquiera de vosotros, conocidos, desconocidos que leéis, tendría derecho a conocerme mejor que mi hijo recién nacido? ¿Mi pequeño Eustaquio junior?
Pero, ah! Ajá. También ocurre esto con el fotógrafo. También él se desnuda, acaso sin sospecharlo siquiera.
Me reconforto con esta idea. Compartir desnudo.
