Perodia_01 Perodia_02 Perodia_03 Perodia_04 Perodia_05 Perodia_06 Perodia_7 Perodia_08 Perodia_09 Perodia_10 Perodia_11 Perodia_12 · Final
serie bermellón / perodia_12
Entierro
Me han localizado. Me espían, me siguen.
Los diferentes tipejos, los fotógrafos a quienes he interpretado sus series fotográficas a lo largo de estos últimos tres años, me han enviado unos enigmáticos mensajes estos días pasados. En ellos no dicen nada, tan solo incluyen fotos. Cada uno me ha enviado sus fotos por separado aunque claramente subyace una conjunción; veo algo más que casualidad en esta espontánea mensajería. Quizá sea una rabieta o un modo de venganza por haber interpretado —descubierto— en sus series lo que ni ellos mismos sabían. Sus fotos son un reto. ¿Acaso soy yo lo que hay en ellas? ¿Tengo algo de color bermellón? Qué significa todo esto.
Ay, me temo que ahora ellos me interpretan a mí.
La vida es una gran —pequeña— parodia.
Sus fotos:
Mensaje de Berriancho@:
Mensaje de Miguel Ángel Gara:
4 pequeñas intervenciones en la exposición “KARAKASKUARTAYKINTA” y “Andata e ritorno”. De Paolo Gasparini
Mensaje de Alfonso Rincón:
Mensaje de Jesus Lillo & Fran Arribas:
Mensaje de Javier García Bargueño:
He mirado
y observado, analizado, ampliado las fotos decenas de veces y esta madrugada, como un chispazo, creo haberlas comprendido, al menos en parte, en una parte suficiente que —permitidme— prefiero reservar para mí, aunque quizá para un ojo bisturí es evidente. Irremisiblemente, esto me ha llevado a tomar la única decisión posible: abandono mi torre y desaparezco, me ocultaré entre las sombras; no volveré a interpretar fotografía nunca más. Dedicaré estos tiempos a mi hijo, al pequeño Eustaquio; cuidaré de él y de su futuro*, me alejaré de los fotógrafos interpretados y de su interpretación fotográfica sobre mí; no volveré a mirar estas fotos con anáfora bermellón. Jamás. Frente a ellas siento una desazón que se confunde con el temor.
Adiós. Desde mi entierro como sardina interpretadora os digo adiós,
hasta nunca,
Eustaquio
*Futuro: O mucho me equivoco interpretando el mundo futuro —en efecto, no puedo evitarlo, interpretar me supera—, o mi hijo, mi pequeño Eustaquio segundo, conocerá la angustia de la superpoblación, la de la subida del nivel de los mares, conocerá un país como una cárcel, será vegano por necesidad, tendrá una primavera silenciosa, muda y la superficie de la Tierra será edificación. ¿Qué más? Pobre pequeñín. Dejo una i griega abierta, porque habrá mucho más: Y…